Trayectoria

Javier Wong, maestro de la cocina

Es un día cualquiera, Javier Wong posiblemente salió a hacer sus compras. Es un día cualquiera, Javier Wong dice que la cocina es un arte que se va desarrollando de a pocos, hasta “agarrar su punto”, lo cual merece una clientela especial. Es un día cualquiera, Javier Wong está cocinando para sus selectos invitados.

 

Para Nicanor Javier Wong Chong (1948, Rímac), la cocina es una de las culturas más nobles del ser humano, y además atraviesa todas las ciencias, dice con entusiasmo.

 

Su trayectoria suma más de “cuarenta y tantos años” y recuerda con orgullo que empezó como ayudante de su tío. Poco a poco fue desarrollando su propio estilo, su propia manera de cocinar.

 

La cocina peruana ha avanzado bastante; hay dedicación, descubrimiento de nuevos sabores, nuevas formas de cocinar”, relata el ‘padre’ de los cocineros peruanos.

 

Me hace feliz cocinar”, remarca con una sonrisa.

 

Cuando ganó hace algunos años el premio por el mejor cebiche del mundo dijo a un medio local que colgaría los cuchillos, pero no fue así. “Las pasiones son bien difíciles de dejar. La pasión te arde, te mueve”, comenta Wong, preparándose para recibir a las personas que alaban sus platos con sinceridad. Que el maestro te prepare un cebiche es un lujo que no debemos perdernos. Lo hace con amor, fe y profesionalismo.

 

Es un día cualquiera, Wong confiesa que su especialidad es el lenguado, y dice que el cebiche es “la perfección de lo simple”, que no hay cebiche malo. Adora la sencillez del plato, su frescura, su capacidad de encantar y refrescar el paladar.

 

El maestro, que se considera limeño y mazamorrero del Rímac, es un ejemplo de perseverancia y amor por lo nuestro. Incansable, uno lo ve afilando cuchillos, ordenando ingredientes, trozando, asando, removiendo, calculando al detalle el sabor que se traducirá en imponentes platos y una buena mesa.

 

Ver al comensal satisfecho es la mejor recompensa para Javier Wong. “Qué mejor que un cliente contento, bien atendido, con las expectativas cumplidas. Eso es todo lo que uno puede esperar desde este humilde espacio que es la cocina”, termina, y regresa a su lugar especial y único, ese lugar que es la cocina, en la que Wong se instala cada media mañana con fervor y muchas ganas.